Cuando el elevador se detuvo, por la mente de Lucrecia jamás
pasó ni por un segundo siquiera la idea de que al abrirse esa puerta
aparecería frente a ella el amor de su
vida, Nicolás Rodríguez. Por eso al verlo aparecer y entrar al elevador sintió
que el mundo se detenía a su alrededor, que el cuerpo no le respondía y la
sangre dejaba de correrle por las venas, ¡Nicolás! Le gritaba su cerebro al
mismo tiempo que su corazón latía al máximo, mil sentimientos se entrelazaban
en ella, en segundos como una película pasaron en su mente tantos recuerdos y aquel
doloroso final. Entre ese mar de confusión que tan inesperado encuentro le estaba
provocando pudo comprender que para él no había sido menos aquella sorpresa,
seguía pegado al botón del elevador que detiene las puertas para evitar que
estas se cierren y a la vez la miraba como si un fantasma estuviera frente a
él, ninguno de los dos podía siquiera decir una palabra. Cuándo ella apareció también
en el elevador, Nicolás y Lucrecia parecían dos estatuas mirándose con los ojos
llenos de tantas preguntas, de tantos recuerdos y de tantos reproches que
ninguno de los dos se había dado cuenta de su presencia.
- -- ¡Nicolás! ¡Puedes apretar el botón para bajar de
una vez! gritó Estela y tuvo que hacerlo fuerte porque su marido no reaccionó
las dos veces anteriores que le había dicho lo mismo.
Sacudiendo la cabeza y haciendo un intento fallido de
disimular que se encontraba perturbado, Nicolás se apresuró a apretar el botón
y tomar del brazo a su esposa que lo miraba con mucha curiosidad sin entender
que le pasaba.
El grito de Estela sacó también a Lucrecia del limbo en que
se había sumergido al ver a Nicolás, y fue hasta ese momento que pudo darse
cuenta de lo que pasaba, él se había casado y además tenía un hijo pues junto a
ella había un pequeño con los mismos ojos verdes de él.
A pesar de todo lo que sintieron ninguno de los dos se
atrevió a decir ni una palabra, él se quedo junto a su esposa y tomó a su hijo
en brazos tratando de distraerse con él para tranquilizarse un poco, a la vez
que Lucrecia fingía leer un folleto que acababa de sacar de su bolso pero en
silencio rogaba porque el elevador fuera más rápido y aquel bochornoso momento
llegará a su fin. Cuando llegaron al lobby ella fue la primera en salir y
desaparecer por el pasillo hacia la alberca, sin volver ni un segundo la mirada
procurando dejar atrás los recuerdos agolpados en su mente y la tristeza que le
provocaba descubrir que él se había casado con otra.
Se sentía molesta, no podía evitarlo por más que tratará de
no darle importancia al encuentro, se repetía una y otra vez, “estoy de
vacaciones y el pasado no me las va a arruinar”. Decidida camino hasta la playa
y se acomodo en un camastro para tomar el sol e intentar relajarse pero era
misión imposible. No dejaba de pensar porque la vida le jugaba esta mala
pasada, porque razón existiendo tantos lugares de playa y tantos hoteles en
Cancún tenían que elegir el mismo para tomar sus vacaciones, y peor aún porque
Roberto no había podido acompañarla en estas vacaciones, al menos estando él a
su lado no se habría sentido tan mal pues habría habido un equilibrio de
sorpresas, es más le habría gustado que Nicolás la viera acompañada.
El ego y el dolor se
apoderaron de ella, le dolía tanto verlo junto a su familia, se sentía enojada
y a la vez demasiado herida. Todos los recuerdos de su historia con él le
venían de golpe a la mente y no podía evitar que las lágrimas le escurrieran,
en ese momento lo único que deseaba era desaparecer de ese hotel y esconderse
en algún lugar alejado para poder llorar y recuperarse de nuevo. Había sido tan
difícil para ella rehacer su vida después de romper con Nicolás, le costó tanto
salir de la profunda depresión en que cayó en ese entonces que no estaba dispuesta a recaer. Fueron cinco años que no olvidará nunca, meses
de terapias psicológicas y al final un gran esfuerzo de su parte fue decisivo
para salir del pozo en que había caído.
Como un cassette en
reversa su mente iba retrocediendo en los recuerdos mientras no podía dejar de
llorar, seguía en el mismo camastro ahí en la playa pérdida en el pasado, con
una tristeza clavada de nuevo en medio del alma. Él era y seguía siendo el gran
amor de su vida por eso verlo la trastornaba tanto. Habían estado juntos más de
tres años, y eran muy felices hasta aquel día en que él desapareció sin dar
ninguna explicación, sin despedirse siquiera, sin contestar nunca las llamadas ni
los mensajes que le envió. Nicolás la había abandonado a los pocos meses de que
se habían ido a vivir juntos y faltando sólo dos semanas para su boda. Nunca
entendió porque se fue, se paso meses torturándose tratando de entender en qué
momento el dejó de amarla y porque no tuvo el valor de decírselo a la cara, le
dolió tanto que se haya ido así como un cobarde. De nuevo se llenaba de la
angustia de aquellos tiempos en los que pedía a gritos una respuesta, una razón
que justificará tan cobarde huída por parte de Nicolás.
Las lágrimas no paraban y no pudo más, necesitaba dejarlas
correr libremente para enjugar su dolor y quizás después tomar una decisión en
cuánto a estas vacaciones que ya no sabían a diversión y descanso como había
planeado sino a tragedia de novela barata escrita por un destino traicionero
que sin lugar a dudas no estaba de su lado.
Lucrecia se limpiaba el rostro y tomaba sus cosas dispuesta
a retirarse a su habitación para darse un buen baño y salir a cenar, cuando
sintió que alguien la tomó por el brazo, no necesito voltearse para saber que
era él, ¿qué quería? , ¿Para que la buscaba?. Respiro profundo y con un aire de
dignidad se volteó y lo enfrentó..
- -- ¿Qué quieres?
- -- Necesito hablar contigo Lucrecia
- -- ¿Conmigo? ¡por favor!, te equivocas Nicolás, tu
y yo no tenemos nada de qué hablar.
- -- Por favor, escúchame
- -- No, ya es demasiado tarde.
Y a pesar de que en
su interior deseaba con todas sus fuerzas que le diera por fin la explicación
que tanto había necesitado, comprendía muy bien que sobraban las palabras pues
dijera lo dijera nada cambiaría la realidad. Esas explicaciones habrían sido
útiles hace cinco años, hoy ya no servían de nada, él estaba casado y tenía una
familia, había hecho su vida lejos de ella. Había hecho una vida que pudo haber
tenido con ella pero que no fue así, prefirió irse.
Decidida se retiró y lo dejo ahí parado junto al camastro
pensando en cómo podía explicarle que aún la amaba, que dejarla había sido el
mayor error de su vida. Tenía que encontrar la manera de hablar con ella, ya sabía
su número de habitación pues después de encontrarla en el elevador había hecho
lo imposible por zafarse de su esposa y lo primero que hizo fue correr a
recepción y averiguar en qué habitación se encontraba Lucrecia Acosta, trató de
que el recepcionista le diera también su número de celular pues cuándo él
volvió a buscarla después de un año de haberla dejado ya no pudo localizarla,
se había cambiado de casa y de ciudad, había cambiado su número de celular y en
casa de sus padres no le contestaban las llamadas, hasta en las redes sociales
lo tenía bloqueado y le había sido imposible dar con ella. Esta noche era su
única oportunidad de que aclararán las cosas pues estaba seguro de que Lucrecia
se iría al día siguiente y no había podido conseguir su número de teléfono con
el recepcionista del hotel, políticas le había dicho, ¡pamplinas!, ¿que no
entienden que la vida a veces te regala una segunda oportunidad?, es como un
milagro que no te esperas, un día amaneces en Cancún corres a un elevador y
dentro de él te encuentras a la mujer que tanto buscaste y que significa tanto
para ti. Subiría a verla y haría un último intento.
- -- Si esperas que te crea eso de que aún me amas estás
loco, es más no sé qué haces en mi habitación ni sé porque te abrí la puerta.
- -- Mira yo entiendo que te cae de golpe que venga
aquí y como si nada te diga que te amo.
- -- No, no me cae de golpe me causa mucha gracia que
es diferente. Y creo que intentas burlarte de mí y se me hace una enorme falta
de respeto hacia tu esposa, deberías estar con ella, ¿no crees?.
- -- Mi esposa sabe muy bien que no la amo, que he
intentado quererla y tener una buena relación pero que es todo.
- -- Así y entonces ¿porque te casaste con ella?
- -- Ya ves que si tienes preguntas que hacerme y yo
muchas respuestas que darte. Y porque no también yo tengo algunas preguntas
para ti.
- -- Esto es muy difícil, no estoy segura ya si
quiero esas respuestas, quizás es mejor que te vayas y sigas tu camino con tu
familia. Trata de ser feliz con lo que hoy tienes. Ya dejemos esto así, ya es
pasado y no debemos removerlo. Yo quiero rehacer mi vida.
- -- ¿Estás con alguien? ¿Te casaste también?
- -- No me he casado pero tengo algo, una relación
que apenas empieza. Mira Nicolás me costó mucho tiempo recuperarme cuándo te
fuiste y aunque no debería decírtelo apenas hace unos meses pude darle espacio
a alguien en mi vida. No voy a engañarte por orgullo y a mentirte diciendo que
lo amo pero con el tiempo quizás llegue el amor entre él y yo.
- -- ¿Ya no me amas?
- -- No voy a responderte esa pregunta, y te repito
de nuevo ¡vete!.
- -- Lucrecia tuve miedo por eso huí.
- -- ¿miedo? Ya por dios, no quiero escucharte más.
- -- Lo siento, es mi única oportunidad de que me
dejes hablar, tengo mucho que decirte.
- Vivir juntos era maravilloso, te amaba y me
sentía feliz pero un día alguien apareció en mi vida y me confundió. La conocí
unas semanas antes de la boda, una boda para la que no me sentía preparado. Te
lo intenté decir muchas veces pero veía tu ilusión y no sabía cómo decirte que
yo no quería casarme todavía, que viviendo juntos era feliz y me sentía más
tranquilo. Lucrecia esa boda la armaste tú, yo te propuse vivir juntos y
hubiera sido perfecto si no te hubieras adelantado al tiempo. Sí quería casarme
algún día contigo pero sentía que tú me arrastrabas a hacer algo que yo veía
como un plan a futuro. Entonces ella llegó, primero como una amiga y luego fue
percibiendo que dentro de mí había algo que me angustiaba, me escuchó y me fui
envolviendo en su consuelo, y dejándome llevar en una nueva relación. No te voy
a mentir me fui porque estaba confundido, sentía algo por ella pero también te
amaba a ti y no tuve el valor de enfrentarte, no pude decírtelo a la cara
porque no soportaría verte sufrir, huí como un cobarde, lo sé. No podía casarme contigo si ni siquiera
estaba seguro de mis sentimientos.
Esto tiene que ser una broma
pensaba Lucrecia, no entendía para qué el destino la ponía de nuevo encima de
la brasa, sentía el fuego de la herida abierta de nuevo al rojo vivo pero ahora
dolía más. Por favor que pare pensaba la pobre Lucrecia con el corazón hecho
pedazos.
- -- ¿Y hoy ya sientes que si tienes el valor de
decirme todo esto? ¿para que?
- -- Te he encontrado de nuevo y no quiero perderte.
Necesito que me creas que te amo, que me arrepentí y te busque de nuevo. Sí
acepto que al principio no te contesté las llamadas ni los mensajes pero por
favor perdóname, en esos momentos no podía enfrentarte seguía confundido y
sentía que no tenía nada que ofrecerte, tu no merecías un amor a medias. Con
ella no funcionó por supuesto, se enamoró de mí pero yo nunca pude
corresponderle, y acabo por alejarse de mí demostrándome un valor que hasta hoy
le admiro. Me insistió en que te buscará y arreglará mi situación contigo pero
no me atreví. Me tomó casi un año hacerme del valor necesario para presentarme
frente a ti y pedirte perdón. Volví a buscarte al departamento y no vivías
allí, te llame al celular y ya no tenías ese número, fui a casa de tus papás
pero no quisieron decirme dónde encontrarte, me dijeron que te habías ido de la
ciudad y que era mejor que no te buscará nunca más, después insistí de nuevo
por teléfono pero no me quisieron contestar, te mande correos pero eran
rechazados, no encontré otra forma de localizarte y acabe por comprender que te
había perdido por cobarde. Pero mi amor
te juró que siempre te he amado, que fue un error irme.
- -- ¿Y?
- -- ¿Cómo y? Y aquí estoy hoy frente a ti de nuevo
porque la vida me regala esta nueva oportunidad.
- -- Muy bien, ya te escuche y la verdad todo es tan
doloroso que necesitaré tiempo para asimilarlo pero hay algo que si he
asimilado muy bien y es que estás casado y tienes un hijo, y una familia. Así
que puedo creerte que me amas pero ¿de qué me sirve?. Y déjame decirte algo Nicolás,
ya me perdiste.
- -- Ya te dije que no la amo, me casé porque estaba
embarazada y creí que podía encontrar en ella de nuevo el amor. A Estela la
conocí unos meses después de que abandone mi búsqueda por ti, y ella siempre ha
sabido de ti. Desde un principio le conté mi historia y me ayudó mucho a
recuperarme pues yo vivía torturándome, la culpa por haberte lastimado me
mataba poco a poco. Resignado a que no volvería a verte me refugie en ella y me
deje llevar en una nueva relación, Estela es una buena mujer y me quiere mucho,
a pesar de no amarla si la quiero, cuándo se enteró que esperaba un bebé me
dijo que no me sintiera comprometido a nada, que tendría a su hijo y yo siempre
sería el papá de su bebé pero yo le propuse casarnos, fue un intento por darle
un sentido a mi vida, creí que mi hijo nos haría felices y hasta hoy te confieso que hemos ido bien,
siempre sinceros porque nunca la he engañado, a veces me descubría perdido en
mis recuerdos y a pesar de saber que estaba pensando en ti no me reprochaba, se
alejaba y me dejaba en mi momento de nostalgia por lo que había perdido. Y aunque no lo creas si estoy en este momento
aquí frente a ti, luchando por última vez por este amor es porque ella me ha
pedido que te buscará y te confesará todo lo que pasó. Me ha propuesto que si
tú aún me amas y me aceptas de nuevo en tu vida, ella se hará a un lado. Me dará
el divorcio y que a mi hijo jamás lo perderé, que podré verlo siempre y ser el
padre que él necesita.
- -- Tú esposa es admirable, una gran mujer que no te
mereces Nicolás. Y su amor por ti es muy grande como para anteponer tu
felicidad a la suya propia.
- -- Lo sé, lo sé pero te amo y no quiero perderte.
Sé que al aceptar su sacrificio soy un egoísta pero creo que ella también está
pensando en sí misma pues sabe muy bien que después de volver a verte menos
podré amarla alguna vez. Y ha decidido dejarme ir pues como ella misma me ha
dicho quizás el amor verdadero este todavía esperándola y un buen hombre
aparezca algún día en su vida.
- -- Mañana hablamos Nicolás, hoy ya no puedo más. Mi
corazón está confundido con tanto que has dicho, necesito asimilar las cosas.
- -- ¿Me das una esperanza al menos?
- -- No lo sé, sólo quiero que te vayas.
Se fue a dormir tan confundida, no podía dejarse llevar por
el amor y ser tan egoísta. Decidió hacer sus maletas y desaparecer muy
temprano. Ella no rompería ese matrimonio por mucho que amará a Nicolás.
Pero la vida insiste en unir a los que se aman de verdad y a
la mañana siguiente Estela se apareció muy temprano en la habitación de
Lucrecia. Y de mujer a mujer con el corazón de cada una a flor de piel
decidieron juntas el destino de Nicolás y del pequeño Nicolás que era quién más
pesaba sobre el alma de Lucrecia.
Con un nuevo rostro y llena de la ilusión que de nuevo había
nacido en su vida corrió en busca de él. Lo encontró a la orilla de la playa
jugando con su hijo, Estela se acercaba a ellos y tomaba al pequeño en sus
brazos alejándose de él para dejar sólo. A lo lejos aquella maravillosa mujer
le decía adiós y le sonreía dándole de nuevo su aprobación. Se acercó a él con
los ojos llenos de lágrimas y él la abrazo con toda la fuerza de un amor que
había esperado intacto en ambos a pesar de todo.
Lucrecia aceptó que nunca se dio cuenta de que él no estaba
feliz con la boda y que ese fue también un error de ella, y que entendía que
las circunstancias habían jugado después con ellos pues no se encontraron
cuándo ambos se buscaron. Pero él quiso que todo aquello quedara en el pasado,
que borrarán las huellas de aquellas heridas en el mar, así como las olas
borran las huellas que se forman en la arena.
Tomados de la mano se alejaron permitiendo a las olas borrar
las pisadas que tras de ellos iban quedando, así el mar se llevaba los
recuerdos tristes mientras ellos comenzaban a escribir su nueva historia, su
segunda oportunidad.
El universo conspira cuándo dos seres se aman de verdad y
aunque sea muy triste que en el camino de este amor se tenga que abandonar a
buenas personas, es necesario pues un amor sólo pertenece a dos. No se preocupen
que a esas personas que van quedando en el camino, la vida siempre las
recompensa pues han sabido dar todo por amor.
Lucrecia y Nicolás…
Siempre es posible vivir una segunda oportunidad.
Eva..
Me encanto, que historia más romántica, manita... Que contraste de emociones, por un lado él fue un cobarde al no decir lo que sentia de verdad y ella estaba ciega al no ver lo que el sentia sobre todo... Los dos sufrieron esa separación, la vida los llevo por caminos diferentes, pero el amor los volvió a unir; y que mujer tan honesta, Estela, y tan, como decirlo, buen corazón, prefirió la felicidad de él, merece encontrar un buen hombre, tal vez Eva nos podría contar después que pasó con ella, sería interesante saber que encontro a un buen hombre que la valorara.
ResponderBorrarY ahora a la escritor: Excelente, muy bien hilada la historia, nos lograste transportar a ese elevador, casi senti la tensión que nació entre ellos en ese pequeño espacio, nos transmitiste las emociones de ambos a flor de piel, maravilloso. Espero ansiosa la proxima carta de Eva... besitos
Gracias manita.. Eso creo también estela merece su propia historia de amor porque de que encontrará el amor lo encontrará... pues semejante mujerón merece una recompensa..
BorrarGracias por las flores a la escritora..
besitos
Una historia muy bien escrita, muy intensa. Para reflexionar. Muy bello el final.
ResponderBorrarTambién nos plasma la incertidumbre que muchos hombre viven y lo callan por miedo o temor, y como mujer se piensa que no nos aman.Por eso dicen que es mejor hablar que idearse respuestas a las miles de preguntas que quedan.
Felicidades es una historia bellísma.
Queremos la segunda parte.
Tere Santiago Córdova
Muchas gracias Tere, que alegría recibir tu comentario y tu felicitación.. por recibir palabras como las tuyas es que escribo.. Si es verdad se siente la necesidad de una segunda parte.. muy pronto.. este viernes continuará..
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